CALENTADORES DE MONTAÑA - TIPOS, USOS Y CONSEJOS

14/09/2025 : - DESNIVEL -
CALENTADORES DE MONTAÑA - TIPOS, USOS Y CONSEJOS


Calentadores de montaña. Tipos, usos y consejos

Llevar o no llevar un hornillo a nuestras aventuras en montaña puede marcar la diferencia entre una experiencia a recordar o a olvidar, o incluso puede comprometer nuestra seguridad en el caso de actividades invernales en las que necesitemos derretir nieve. Abordamos aquí cuáles son los tipos más comunes en función del combustible que utilicen y recomendaciones de uso para cada uno.

Hornillos de montaña
comiendo del recipiente en el que se ha cocinado, que viene protegido por una funda de neopreno para poder agarrarlo cómodamente sin quemarnos, a la vez que mantiene el calor más tiempo.

Pieza indispensable de nuestro equipo en actividades de varios días, el calentador de montaña ofrece un salto cualitativo en las noches alejadas de la civilización.

La diferencia entre cenar y desayunar frío o caliente suele ser uno de esos pequeños y escasos placeres que nos permitimos en actividades alejadas de nuestros hogares.

Calentar agua es la base de la comida liofilizada, la cual ha permitido alimentarnos rápido, sano y sabroso en los últimos tiempos más allá de las tradicionales y poco nutritivas sopas de sobre o la tan manida pasta.

En actividades invernales, además, es indispensable para derretir nieve y poder llenar las cantimploras.

De los clásicos calentadores compuestos por un acople al cartucho, regulador del caudal de gas, quemador y soporte hemos pasado a versiones más evolucionadas de conjunto integrado de cartucho, hornillo y cacerola que, gracias a los difusores de calor y a estar perfectamente aislados del exterior, funcionan con una eficiencia máxima.

Hornillos de montaña
Desayunando caliente con un hornillo con el quemador separado del cartucho de gas, integrado en el recipiente, lo que mejora su estabilidad y eficiencia, aunque ocupa más.

Vamos a analizar primero los tipos de calentadores que nos podemos encontrar actualmente en el mercado dividiéndolos por su combustible y uso recomendado de cada uno de ellos.

Tipos de calentadores según el combustible

El tradicional cartucho de gas sigue siendo el rey, pero dependiendo de las características de nuestra actividad podremos necesitar otros tipos de combustibles más accesibles, con mejor rendimiento en frío o buscar otras alternativas si lo que queremos es aprovechar lo que nos da la naturaleza y llevar el mínimo peso posible.

Calentadores de gas

Los calentadores de cartucho con gas licuado son los más comunes y utilizados. Tienen varias ventajas que los hacen totalmente recomendables para un uso en montaña, como la ligereza, pero sobre todo por la facilidad de uso.

Respecto a esta facilidad de uso convendría destacar varias virtudes innegables: es rápido y seguro de instalar, sin prácticamente posibilidades de que existan fugas de gas en el acople; instantáneo de usar, sobre todo si cuenta con encendedor piezoeléctrico; la llama, además, es muy fácil de regular y los residuos de la combustión son inapreciables, por lo que no es tóxico y no precisa de mantenimiento.

No todo es ideal. También existen algunos aspectos que colocan al gas en desventaja respecto a los combustibles líquidos y sólidos, como son su precio alto en comparación con las otras opciones, la dificultad de estimar exactamente cuánto gas queda en el cartucho, el mal funcionamiento con temperaturas excepcionalmente frías y la basura generada, ya que cada vez menos cartuchos son reutilizables.

Hornillos de montaña
Tomarse un desayuno o una cena caliente establece una diferencia clave para la recuperación, ya sea en un trekking tranquilo o colgados de una pared

Los combustibles más comunes son el butano (muy económico), el propano (muy eficiente, sobre todo en condiciones frías) o el isobutano, siendo lo habitual que estos vengan mezclados en el mismo cartucho en diferentes proporciones para aprovechar lo mejor de cada gas.

Los calentadores de gas pueden ir separados del cartucho de gas, pero esto no es lo habitual salvo en grandes quemadores de camping. Aunque hay varios sistemas que varían según las marcas, el acople habitual es mediante una válvula roscada compatible con la mayor parte de marcas del mercado.

Los sistemas integrados cartucho – hornillo – cacerola, la opción más eficiente, también utilizan cartuchos de sistema de acople internacional.

Calentadores de combustible líquido

Son la opción preferente cuando las temperaturas son excepcionalmente frías y también cuando se van a utilizar en lugares en los que no tengamos seguro poder encontrar gas.

Los calentadores de combustible líquido, más correcto es el término multicombustible, funcionan con una serie amplia de hidrocarburos entre los que destacan gasolina y solvente, mucho más baratos que el gas y más sencillo de comprobar lo que queda en el depósito.

Hornillos de montaña
Stefan Glowacz con su calentador de gas colgante en el Fitz Roy.

También funcionan mejor en superficies inestables, ya que son calentadores con el depósito separado. Los problemas más asociados a este tipo de calentadores suelen ser el tamaño, volumen y número de piezas; los gases producidos por la combustión, sobre todo en combustibles no apropiados; el precio mayor del calentador y el mantenimiento necesario para su correcto funcionamiento, como el cebado previo al encendido y la metódica limpieza necesaria para que no se obturen los conductos por las impurezas.

El hornillo multicombustible no va acoplado directamente sobre el depósito de combustible, sino que se coloca aparte conectado mediante un botellon.

Esto ofrece algunas ventajas como la de que la estabilidad del conjunto no dependa del tamaño del depósito, la de poder utilizar soportes grandes o la de poder cambiar el depósito sin tener que retirar la cacerola del calentador.

Dentro de estos combustibles comentamos aparte por sus particularidades los quemadores de alcohol, una opción cada vez más demandada por los amantes del fast&light, ya que con un peso y un tamaño mínimo y un funcionamiento muy sencillo sirve para calentar la comida y el agua de un modo bastante eficiente, aunque nunca tan bien como el gas o los combustibles líquidos tradicionales.

Estos quemadores son utilizados como calentador de emergencia debajo de una manta térmica en actividades donde exista riesgo de hipotermia como invernales de alta montaña, espeleología o barranquismo.

Calentadores de combustible sólido y otras alternativas

También muy apreciados por toda persona minimalista, los calentadores de combustible sólido permiten viajar con lo mínimo dada la facilidad de encontrar leña de pequeño tamaño como ramitas o piñas.

Hay que confiar, eso sí, en no tener condiciones húmedas, ya que encender el fuego entonces puede ser una labor desesperante.

Existen otras opciones como las pastillas de combustible sólido que funcionan también muy bien en caso de emergencia, aunque no son las mejores opciones por la cantidad de residuos, el olor fuerte de la combustión y la poca eficiencia en la relación entre consumo y potencia.

Hornillos de montaña
Cocinando con energía solar, con un hornillo que emplea una antena parabólica para recolectar la luz y concentrarla mediante reflectores.

No queremos dejar pasar la oportunidad de nombrar una de las alternativas más curiosas e interesantes como son las estufas de energía solar. Constan de una parábola que refleja y concentra los rayos del sol en un punto concreto, calentando la superficie de un modo increíble siempre y cuando el día esté despejado, obviamente.

Por tamaño y peso no son recomendables más que para camping.

La eficiencia

Vamos a presentar aquí datos objetivos que puedes ver en las especificaciones técnicas de tu calentador, pero lo cierto es que, desde la aparición de los calentadores integrados, interesa más la relación de eficiencia establecida entre la potencia y el consumo.

Hasta hace unas décadas solo se consideraban el flujo de combustible y el tamaño del quemador los factores determinantes en la potencia de un calentador, pero no se prestó demasiada atención a datos que afectaban a la eficiencia, como la distancia entre el quemador y el soporte, elementos aislantes como paravientos difusores, así como todo lo referente al tamaño, dimensiones, accesorios y materiales de la cacerola.

Aluminio o titanio son los materiales más eficientes entre peso y transmisión del calor

Hoy en día se sabe que todos esos factores son claves en un uso eficiente del gas o del combustible que utilicemos, que se traduce en un menor tiempo de hervido y por tanto en un menor consumo y mayor autonomía.

Si a ello añadimos la ligereza y compacidad de los calentadoress y de los conjuntos integrados, descubrimos que podemos llevar el calentador encima incluso en actividades de día para sorprender a nuestros compañeros y compañeras de ruta con una comida liofilizada delicatessen o un café en la cumbre.

Peso y volumen

Un clásico en la organización del siempre escaso espacio en las mochilas

Menor peso significa menor esfuerzo durante el transporte y menor volumen significa poder utilizar mochilas más pequeñas. Los calentadores actuales, sobre todo los integrados, son una auténtica exquisitez de aprovechamiento del espacio.

Hornillos de montaña 05
Los sistemas integrados cartucho – hornillo – cacerola, la opción más eficiente, también utilizan cartuchos de sistema de acople internacional

Las mismas o mejores prestaciones de los calentadores clásicos con una gran facilidad de transporte. Los conjuntos de calentador y combustible más minimalistas no sobrepasan los 200 gramos de peso, habiendo también conjuntos de hasta medio kilo de peso con una gran potencia y versatilidad para grupos numerosos.

Potencia

Uno de los datos a los que se nos van los ojos cuando queremos adquirir un calentador es la potencia.

Más potencia significa mayor capacidad para calentar la comida o el agua, no hay más. O sí que hay más.

En la visión actual, la potencia sigue siendo un valor primordial, aunque no tanto si estamos comparando un sistema tradicional con un sistema integrado, ya que estos últimos pueden dar resultados similares con una eficiencia mayor; es decir, con menor potencia y consumo, consiguen calentar la comida en un tiempo idéntico.

Los calentadores actuales tienen una potencia que va de los 2000 vatios de la gama media (algo menos en los ultraligeros) a los 3500 o 4000.

No obstante, no te dejes llevar por los cantos de sirena de la potencia, porque es posible que el consumo excesivo de combustible sea lo que está detrás de potencias extraordinariamente altas.

Autonomía

La autonomía es un valor que hay que mirar con lupa.

Los datos teóricos rara vez se corresponden con las condiciones que vamos a encontrar en montaña y lo habitual será que los cartuchos duren menos cuanto más complicadas sean las condiciones de frío, altura (presión atmosférica), viento y otras variables que dependen de nuestra gestión como utilizar tapa (más eficiencia) o no en nuestra cacerola.

Nos sirve, no obstante, para comparar diferentes opciones y estimar cuál nos conviene más según nuestra actividad habitual prevista.

Tiempo de ebullición

Si lo complicado es fiarnos de la autonomía declarada por el fabricante, la incredulidad con el tiempo de ebullición debe ser aún mayor.

Se toma como referencia un litro de agua (a veces medio litro, ojo con esto), pero desconocemos las condiciones en las que se ha obtenido ese valor.

Recomendamos un espíritu crítico con este dato a la hora de decidir la compra de un calentador y no fiarlo todo a las especificaciones de la marca. Los datos ofrecidos por las marcas hablan de entre 3 y 4 minutos para hervir un litro de agua.

La realidad en la montaña pocas veces se asoma a estos datos tan fantásticos; la experiencia nos lleva a asegurar que más del doble de tiempo será lo que nos encontremos de frente en una noche al aire libre en alta montaña con agua fría de manantial o deshielo, pudiendo aumentar aún más dependiendo del tipo de cacerola que usemos y la presión inicial del gas dentro del cartucho, si utilizamos este tipo de combustible.

Tamaño del soporte

Ten en cuenta las medidas del apoyo del calentador.

A veces nos encontramos con unos brazos de apoyo tremendamente pequeños que no sirven para el tamaño de nuestro recipiente y comprometen la estabilidad. El minimalismo tiene estas cosas, no dejes que te sorprenda en el mismo momento en el que te pones a cocinar.

Consejos para un buen uso de los calentadores de montaña

  • Elige el lugar adecuado. Evita espacios poco ventilados, sobre todo cuando cocines con combustibles líquidos o sólidos, y toma las más básicas precauciones de seguridad.
  • Despeja los alrededores del espacio de cocina para evitar manchas en los casos menos importantes e incendios en los más graves.
  • Estabiliza la zona. Es indispensable encontrar la horizontalidad para cocinar y, a veces, las estructuras improvisadas en la base del calentador son totalmente precarias, arriesgándonos a derramar el contenido antes de ser servido. En los conjuntos separados de depósito y calentador suele ser más fácil lograr una superficie cómoda, pero un trípode adecuado o artilugios para cocinar en suspensión ayudan a compensar los problemas de estabilidad del resto de sistemas.
  • Protégete del viento. El viento es el factor que más va a determinar el tiempo de ebullición, el consumo y la autonomía de nuestro sistema. Si tu conjunto es integrado, no debes preocuparte demasiado por esto, pero en sistemas separados o de acople y menaje aparte, es algo que tenemos que prever. Un sitio a resguardo, pero suficientemente ventilado (sí, son antagonistas, lo sabemos) o un paravientos adecuado nos va a hacer ganar tiempo y ahorrar combustible y paciencia.
  • Facilidad de uso y mantenimiento. No esperes a estar a punto de usar tu calentador multicombustible para darte cuenta de la limpieza que le hace falta o de que no sabes cómo realizar el cebado de la gasolina. Tampoco serías la primera persona que se da cuenta de que el piezoeléctrico se ha estropeado cuando ya tiene la cacerola con agua puesta encima. Evita disgustos innecesarios teniendo cierta práctica en el montaje y uso de los calentadores. Lleva encendedores o fosforos de intemperie por si acaso y deja esos cartuchos viejos de gas que pesan sospechosamente poco para usos no esenciales.
  • Compatibilidad con el menaje. Un aspecto bastante descuidado a la hora de la considerar la eficiencia energética de un calentador es conocer con qué tipo de recipiente vamos a calentar el contenido. Tanto las dimensiones del mismo como, sobre todo, el material de fabricación (aluminio o titanio son los materiales más eficientes entre peso y transmisión del calor) y si lo usamos tapado o no, son aspectos que no hay que desdeñar.